Hace
un par de semanas nos encontramos un grupo de blogueros en Blanes.
Este encuentro lo preparó Montse del blog “robabruta” y
capitaneados por ella y Roger, de la oficina de turismo, pudimos
visitar la ciudad. Fué un día muy completo en el que nos lo
pasamos muy bien.
Nos
reunimos todos en Sa Palomera, el punto donde acaba, o empieza según
se mire, la costa brava. El nombre de la isla no esta muy claro de
donde salió pero una de las posibles explicaciones es que en el
habían muchas palomas.
De
Sa Palomera nos adentramos en el pueblo, donde nos encontramos el
mercado, con más de 100 años de antigüedad y lleno de colores,
verduras y frutas.
Giramos
por un par de calles y llegamos a Es Portal donde sólo venden
pescado de Blanes. Antiguamente las pescaderas estaban en unos
soportales de la plaza Verge María, al final las acabaron derribando
y actualmente están en la plaza Dies Feiners. El mosaico que hay
detrás de la foto es un claro retrato de como eran antiguamente.
En
la pastelería Orench, nos explicaron su historia desde 1914. Toda
sus productos los hacen ellos, entre sus muchas especialidades
encontramos las Carboneres, unos bombones con praliné y trozos de
barquillos, realmente deliciosos, y el Bismark, una pasta rellena de
nata y crema.
El
jardín botánico Marimurtra lo fundó en 1921 Karl Faust, un
ciudadano alemán enamorado de la Costa Bava. Tiene más de
doscientasmil plantas de seismil especies diferentes, centrándose
sobretodo en la vegetación mediterránea. También tiene una gran
abundancia de cactus, abejas con las que producen miel y de los
arboles frutales hacen mermelada. Las abejas, además de polinizar
el jardin, también ayudan al ecosistema de la zona.
Lo
mejor es pasear por sus calles, mirando las plantas, los árboles,
los pequeños rinconcitos y acabar al borde del acantilado, donde nos
encontramos frente al mediterráneo con unas vistas espléndidas.
Con
estas vistas, nos mostraron el Coral Marine, un vino espumoso, con
una fermentación dentro del mar a 35 m de profundidad. Cada botella
es distinta, decorada con los sedimientos que se le han adherido en
el mar. Luego probamos el vermut de las Cavas Laviret.
Dejamos
el jardín y fuimos a comer al restaurante La Balma. Después de
comer, damos un paseo hasta llegar la Cervecería Popaire, donde nos
enseñaron el obrador y pudimos probar varias de sus cervezas.
Y
para terminar, la última parada en el Castillo de Sant Joan, a pocos
minutos en coche, con una gran vista de todo Blanes. Nos esperaba
una última sorpresa: Caves Sarvernes, con una degustación de 3 de
sus cavas.
Y
aquí el grupo, un día fantástico con buena gente.
Hola, me podrias contar la hisotria de las carboneres?
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