Textura
y sabor quedan geniales. Esta claro que ya no los compro nunca más
y encima se congelan bien.
Ingredientes
(para unas 20 unidades):
450
harina de trigo
150
harina de almendra
210
gr azúcar glas
240
gr manteca de cerdo (a temperatura ambiente)
Piel
rallada de dos limones grandes
1
pizca de sal
Elaboración:
Llenamos
una bandeja para el horno con las dos harinas bien mezcladas. Con el
horno precalentado arriba y abajo a 180º, ponemos la bandeja, y
dejamos 15 minutos, mezclando cada 5 minutos para que solo coja color
y no se queme.
Sacamos
del horno y reservamos hasta que se haya enfriado.
En
un bol grande mezclamos las harinas y el resto de ingredientes. Yo
para mezclarlos utilizo una cuchara, pero tardo bastante hasta que la
manteca absorbe los sólidos. Así que si tenéis una máquina para
hacerlo, mejor. En la foto veréis como queda la masa. Dejamos
reposar la masa media hora.
Extendemos
la masa en una mesa, yo lo hago apretando con las manos, si se
engancha poned un poco de harina. Nos tiene que quedar una masa con
un grosor no inferior a 1 cm. Con un corta galletas, en mi caso
circular, vamos cortando los polvorones y poniéndolos sobre una
bandeja de horno con papel. Los polvorones no suben ni se ensanchan
así que si están cerca no pasa nada, mientras no se toquen.
Ponemos
al horno precalentado a 180º arriba y abajo, durante unos 15
minutos. Tienen que quedar un poco tostados por arriba. Los sacamos
y los dejamos tal cual, a parte de quemar mucho, son muy frágiles,
así que mejor no tocarlos hasta que ya estén del todo fríos.
Podemos
espolvorear con azúcar glas o, si los queréis para más adelante,
congelar en una bandeja con mucho cuidado. Si hay varios pisos poned
papel film en medio.