Una
buena manera de salvar una cena, teniendo masa de pizza siempre en el
congelador. Que cada uno se la haga a su gusto, que si delgada, más
gordita o con los ingredientes que se quieran.
Ingredientes:
Para
la masa (para dos pizzas):
220
ml agua tibia
35
gr levadura fresca
375
gr harina
Un
poco más de harina por si acaso
Relleno
(para una pizza bien cargada):
1
diente de ajo picado
½
berenjena cortada en juliana
½
calabacín cortado en juliana
1
puerro pequeño cortado en juliana
3
champiñones grandes fileteados
4
cucharada de tomate triturado
200
gr. mozzarella desmenuzada
Orégano
seco
Elaboración:
Para
la masa:
En
un bol poner el agua junto con la levadura desmenuzada y un par de
cucharadas de harina, mezclamos y dejamos reposar unos 10 minutos.
Después
vamos añadiendo la harina con la sal y mezclamos con una paleta.
Cuando ya nos quede una bola que no se pegue, sacamos del bol y
amasamos a mano. Si aún se pega, vamos añadiendo un poco de
harina. Amasar almenos 10 minutos.
Volver
a poner la masa en un bol sobre una superficie que no sea fría y
dejar fermentar un mínimo de 30 minutos (tiene que doblar su
tamaño).
Sacar
del bol, cortar la masa en dos. Si solo queréis hacer una pizza, yo
la otra masa la congelo tal cual.
Hacer
una bola con la masa y con la ayuda del rodillo le dais la forma
deseada.
Relleno:
En
una sartén con aceite de oliva poner el ajo, cuando esté un poco
tostado añadir la berenjena, el calabacín, el puerro y los
champiñones, rehogar todo bien y salpimentar. Dejar que todas las
verduras cojan sabor durante unos 10 minutos. Y escurrir todo el aceite que podáis.
Preparación:
En
una bandeja de horno poner la masa de pizza, el tomate bien
repartido, 100 gr de mozzarella, las verduras, encima el resto de la
mozzarella y espolvoreamos con el orégano. Poner al horno
precalentado a 180º unos 20 minutos