Según cuentan, este
plato lo hacían los pastores en las montañas y no andarían
desnutridos. Parece un plato sencillo por los ingredientes que
lleva, pero tiene cierta complicación en la cantidad de agua que
tenemos que poner, para que las migas no queden ni demasiado
empapadas ni demasiado secas; y luego hay que mezclarlo
constantemente durante mucho tiempo. Aunque el resultado desde luego
vale la pena: nos quedaran unas migas con sabor potente que llenan un
montón.
Ingredientes:
350 gr de pan que tenga 2
días
150 ml agua
Sal
4 dientes de ajo enteros
pelados
4 lonchas de panceta (de
1 cm de grosor) cortada a tiras
150 gr chorizo cortado en
rodajas y luego a medias lunas
1 cucharada de pimentón
Aceite de oliva
Opcional un huevo frito
cuando servimos el plato
Elaboración:
Cortamos el pan a dados
pequeños y los ponemos en un bol. Mezclamos el agua con una
cucharada de sal y la vertemos en el bol con el pan. Con las manos
removemos para que todo el pan quede humedecido (sobretodo no
empapado!!, solo humedecido). Si veis que os quedan trozos aún
secos añadid un poquito más de agua con sal. Dejaremos tapado con
un trapo unos 30 minutos.
Mientras esperamos, en
una cazuela alta y ancha vertemos un buen chorro de aceite de oliva y
freímos la panceta hasta que coja color, luego añadimos el chorizo
con el pimentón. Mezclamos bien unos 3 minutos. Retiramos la carne
de la cazuela, pero mantenemos el aceite.
En la misma cazuela
añadimos los ajos, y cocemos hasta que cojan color.
Luego añadimos las migas
y damos unas vueltas para que se empape bien con el aceite. Añadimos
la panceta con el chorizo y vamos dando vueltas sin parar. Este
plato requiere mucho tiempo de ir mezclando sin parar, hay quien se
pasa una hora. Veremos que el pan se va desmigajando con el tiempo y
cogiendo un tono más oscuro.
Si no se empieza a
desmigajar en 20 minutos, puede ser que las migas estuvieran un poco
secas, podemos añadir un poco de agua, pero muy poca.
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